¿Qué es el bricolaje?
La expresión "hazlo tú mismo" está muy de moda a principios de 2021. Bricolaje es el término utilizado para describir el proceso de fabricación de algo que podría comprarse en la estantería. Si hoy en día los franceses practican cada vez más el bricolaje, es tanto para dejar que su creatividad se exprese como para hacer algo por el planeta, ya que el bricolaje consiste la mayoría de las veces en reutilizar cosas que podrían haberse desechado para transformarlas y darles una segunda vida. Esta tendencia se encuentra en varios ámbitos de la vida cotidiana: puede tratarse de crear su propia ropa, muebles u objetos de decoración, pero también de elaborar sus propios cosméticos o recetas para controlar su composición. Ya sea la carpintería, los mosaicos, la jardinería o el tejido de punto, el bricolaje da protagonismo al trabajo manual y a la artesanía, que recuperan así sus credenciales frente al consumo masivo estandarizado.
El bricolaje como nuevo modo de consumo
Aunque la sociedad de consumo tuvo su apogeo en Francia a partir de los años sesenta, ya no parece tener un apoyo unánime desde principios del siglo XXI. No contentos con denunciar los modos de producción industrializados, a menudo poco transparentes en sus prácticas, los aficionados al bricolaje se orientan más hacia los estilos de vida de antaño, abogando por los productos caseros y el consumo esencialista, libre de todo lo superfluo. El movimiento DIY parece ser una solución para el consumo eco-responsable, y esto a través de varios aspectos. Por un lado, celebra el reciclaje y la reutilización como alternativa a la acumulación de residuos, pero también al despilfarro de materias primas. Por otro lado, restableciendo un cierto control sobre los elementos utilizados: los cosméticos y productos de limpieza caseros, por ejemplo, suelen contener materiales naturales como el aceite o el bicarbonato de sodio, frente a los productos industriales que suelen estar llenos de múltiples componentes químicos, a veces perjudiciales para la salud. Del mismo modo, comprando ropa de cama por metros para confeccionar tus propias cortinas o ropa de cama, por ejemplo, evitarás utilizar algodón, cuya producción tiene un impacto mucho mayor en el medio ambiente. Así, al adquirir los conocimientos necesarios para satisfacer sus necesidades básicas, los aficionados al bricolaje se liberan de las diversas limitaciones impuestas por la producción industrial y recuperan el control de su consumo, tanto en términos de calidad como de cantidad.
El bricolaje como medio de autorrealización
Más allá de su aspecto comprometido y militante, la práctica del bricolaje también es percibida por muchos como un excelente medio de expresión y desarrollo de la creatividad. Con el principio de crear piezas únicas y originales, lejos de los productos estandarizados, este trabajo manual es ideal tanto para los niños como para los adultos que quieran aumentar o saciar su espíritu de ingenio, su curiosidad y su sed de aprendizaje. Al valorar un cierto reconocimiento del trabajo artesanal y creativo, el bricolaje invita a las personas a expresar su singularidad y, por tanto, a desarrollar su personalidad a través de su trabajo. Comprando la tela por metros, puedes, por ejemplo, crear tus propios diseños de ropa y accesorios que nadie más llevará. Además, en una sociedad en la que todo el mundo vive a 200 km/h y se esfuerza por encontrar tiempo para sí mismo y sus seres queridos, es también una forma de dar más valor al tiempo y a la implicación personal, en lugar de al dinero. Un regalo hecho a mano siempre será más gratificante de recibir por el toque personal y la intención que refleja, que un producto comprado aunque se elija con cuidado. Por último, estos momentos de creación también pueden ser una oportunidad para reunirse en torno a una actividad divertida y entretenida, con la familia o los amigos. Así que no lo dudes, ¡tú también puedes empezar a crear tus propios objetos!